A principio del siglo XX tío Juanito abrió la primera fonda Pirineos, sitio de paso para dar comida y descanso a los ganaderos que bajaban de la montaña a la tierra baja.
Desde entonces hasta hoy, cinco generaciones de nuestra familia se han dedicado a hacer sentir como en casa a todo aquel que traspasara las puertas de nuestro establecimiento.
A partir de enero de 2016 el restaurante que hasta entonces se encontraba en la primera planta del edificio, pasa a estar en lo que siempre había sido el bar, en la planta calle, sumando un nuevo servicio a nuestra oferta.
Nuestra gastronomía se adapta a los nuevos tiempos, pero nuestra filosofía es la misma que hace casi 100 años, ver la sonrisa de nuestros clientes al terminar un plato, ya que es nuestra mayor recompensa.